Cada noche, al irme a la cama me enfrento a un gran dilema: pensar y tardar en dormirme o no pensar en nada. Muchas veces opto por la segunda opción, suelo estar muy cansada como para pensar. Sin embargo, hay noches en las que me es imposible dormir. Mi cabeza no descansa, sigue pensando y dándole vueltas a las cosas. Noches en vela reflexionando e imaginando, me gustaría dormir con alguien para compartir esos sentimientos. Esos momentos sirven para reflexionar de todo un poco, para crear ideas y sueños, que probablemente no se harán realidad, pero que por el momento me entretienen y hacen que me distraiga. Vueltas y vueltas pero nada, no consigo conciliar el sueño. Trato de contar ovejitas o de pensar en blanco, pero me es muy difícil, mi cabeza no me deja descansar, siempre está dándole vueltas a las cosas. Tras muchos intentos, trato de que Morfeo me devuelva el sueños y así, pasan los minutos hasta que, finalmente, consigo zambullirme en ellos.
Sweet dreams, Laura :)
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