lunes, 28 de febrero de 2011

El zumo de la naranja.

 Son esos días para recordar, esos que son inolvidables y que deseas guardar para siempre en tu memoria. Por el momento son para siempre, quién sabe si lo serán, pero en esos instantes son para siempre.
 Sin embargo te despiertas y piensas que todo ha sido un sueño, que no es real. Un vago recuerdo deambula por tu mente, lo ves borroso y con poca claridad, pero tienes datos que afirman tus sospechas. Efectivamente pasó. Fotos, recuerdos, sonrisas... gracias a ellos los recuerdamos. Son días mágicos, deseas que no terminen nunca y que se prolonguen lo máximo posible, pero terminan. Los rayos de sol van desapareciendo y van entrando las estrellas, y la oscuridad invade la noche, quedan horas, puede que minutos para que termine. Esos momentos quedarán guardados en la mente, bajo llave, pero tendremos la libertad de buscarlos cuando queramos. Tan solo con rebuscar un poquito los encontraremos y podremos disfrutarlos otra vez, con un cierto sabor agridulce pero que conseguirá sacarnos una sonrisa.
 Los mejores momentos pasan en un abrir y cerrar de ojos, y cuando nos damos cuenta ya han terminado. Un consejo, exprímanle todo el zumo posible. (:
Laura :)

lunes, 21 de febrero de 2011

Me invade la felicidad.

 Y entonces todo vuelve, retrocedes en el tiempo y aparecen esos momentos que creiste olvidados. Esos que guardaste en el fondo de un cajón y que sellaste para siempre. Vuelven esos días en los que brillaba el sol y tan feliz fuiste. Recuerdas cada instante como si lo estuvieras viendo pasar, sonríes y disfrutas. Aún puedes sentir el olor del mar, el calor del sol y el amor de esos dulces abrazos. Brindo por esos días, por esos instantes y por los recuerdos que nos sacan una sonrisa.
Laura :)                                                                                                                                           

domingo, 20 de febrero de 2011

No regrets.

 Parece que todo estaba cambiando. No solo él lo sentía, el mundo entero cambiaba a pasos agigantados. Era hora de cambiar y de salir de esa enorme burbuja que le impedía ser feliz. Muchas cosas le impedían hacer lo que realmente quería, le ataban a la realidad y le impedían soñar. Siempre está ésta por medio, tristemente hay que volver a ella no demasiado tarde ya que si no el golpe al caer será más duro. Sin embargo algo le tiraba a cumplir muchos de sus sueños, a cambiar de mente y de aires. Quería olvidarse del mundo y luchar por lo que quería. Para ello tenía que olvidarse de los límites y dejar volar su imaginación.

 Es hora de desafiar a la gravedad. Olvida esas restricciones y rompe esa barrera. Es hora de hacer todo lo que dejaste por hacer. Es hora de disfrutar. Ama, siente, saborea, diviértete, sueña... Tú eres dueño de ti mismo y tienes que ser feliz, aprovecha y apura hasta los últimos minutos del día, cuando el sol se esconde entre las olas y deja tras de sí una preciosa noche.

Laura :)                                                                                                                                                  

domingo, 13 de febrero de 2011

Before and after.

Vivían ocupados en su futuro. Inmersos en frágiles sueños que dependían de mucho y de muy poco para evaporarse. Enfrascados en preocupaciones y en el ayer, sin disfrutar del día a día. Únicamente dedicaban unos minutos a reflexionar y a soñar, a soñar con el futuro y a recordar el pasado. Transcurrían los días, las semanas y los meses, y ambos continuaban con la misma monotonía e irrealidad de cada día. No avanzaban ya que vivían anclados en el pasado y ello les impedía ver lo que tenían delante. Hasta que cierto día algo despertó en ellos, les hizo romper la burbuja que les envolvía, esa que no les permitía darse cuenta de todo lo que estaban dejando pasar.
 Los días transcurrieron con normalidad pero había algo que había cambiado, no se detenían con tanta ansia a pensar en el futuro ni en el pasado, simplemente vivían el presente e intentaban que cada día fuese único.
Parece que el tiempo había hecho su trabajo, susurrando dulces palabras transformó sus pesamientos e hizo que vieran el día a día como un reto.
La vida cambia con cada respiración y es tan imprevisible como adivinar el sabor del próximo chocolate.
Laura:)                                                                                                                                       

domingo, 6 de febrero de 2011

Different ways.

 Comienzo a recorrer mi mente, poco a poco y con cuidado de no despertar a nadie. Duermen, descansan y sueñan. Puedo ver al cansancio comenzando a roncar, a la felicidad con un bonito gorro de dormir, a la timidez escondida detrás de la modestia, a la sinceridad con una gran sonrisa...todos mis sentimientos parecen dormir excepto uno. La busco un poco y la encuentro, Indecisión. Parece que no puede dormir. La observo dando vueltas en la cama pero no digo nada por miedo a asustarla. Tras contemplarla durante unos minutos caigo en la cuenta. Es ella la que vaga por mi mente,  la única que trabaja aun cuando todos duermen y me hace difícil poder conciliar el sueño. Es la indecisión la que se apodera de mí, la que me hace dudar innumerables veces. No descansa hasta que hemos decidido nuestro camino. Pero es tan difícil, que nos lleva a muchos quebraderos de cabeza.  Debemos elegir una opción, un camino, y dependiendo de él obtendremos cosas y experiencias que no tienen por qué ser negativas, pero sí tendremos que renunciar a otras. Debemos decidir sin temer a lo desconocido, aunque suena ridículo puesto que siempre tememos a lo que no conocemos. Sin embargo, si vivimos con miedo no podremos llegar a ningún sitio, no podremos avanzar.
Un poco menos confusa, la observo por  última vez y le doy las buenas noches. Abandono ese espacio y me sumerjo dentro de mis sueños.
Creo que cualquier camino que elijamos sera el correcto,siempre y cuando lo decidamos nosotros.
                                   
Laura :)                                                                                                                                               

martes, 1 de febrero de 2011

El principio es siempre lo más complicado.

 Una densa capa de nieve cubría la pequeña ciudad. El humo salía de las chimeneas de las casas y se respiraba un aire invernal que hacía tiempo que no aparecía. En los rincones encontramos parejas de enamorados, cubriéndose del frío con grandes abrazos y suaves besos. Amándose al fin y al cabo. En cambio, ella deambulaba por las calles y se paraba en las esquinas para contemplar la escena del paisaje invernal, le recordaba tanto a él...En ese momento deseaba tener a alguien al que aferrarse debido al frío, pero no podía, algo se lo impedía. Abandonó ese castillo de ideas y volvió a la fría calle parisina. Sintió frío y decidió entrar en una pequeña cafetería. Pidió su café de siempre, solo y con dos nubes. Pagó y salió, y en ese momento un dulce chico le sonrío pero ella le ignoró, no podía siquiera apreciarlo.  De vuelta a casa absorta en sus pensamientos tropezó con algo que pareció ser una sombra, pero pronto se dió cuenta de que una nota volaba en el aire, posándose suavemente en el helado suelo. Se agachó, la cogió y sorprendida leyó:
Parece que una señal acababa de aparecerse ante sus narices. Así que recordó que era hora de olvidar y de abrir nuevas puertas al futuro. Era hora de dejarlo pasar e intentar ser feliz. Era hora de volverse a enamorar.