Los días transcurrieron con normalidad pero había algo que había cambiado, no se detenían con tanta ansia a pensar en el futuro ni en el pasado, simplemente vivían el presente e intentaban que cada día fuese único.
Parece que el tiempo había hecho su trabajo, susurrando dulces palabras transformó sus pesamientos e hizo que vieran el día a día como un reto.
La vida cambia con cada respiración y es tan imprevisible como adivinar el sabor del próximo chocolate.
La vida cambia con cada respiración y es tan imprevisible como adivinar el sabor del próximo chocolate.
Laura:)
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